¿Por qué lo creamos?



Justificación 

Las nuevas tecnologías están provocando una nueva revolución mundial, una revolución centrada en la comunicación e información. Éstas han adquirido un renovado valor que, según el uso y acceso que se tenga  de ellas, puede significar integración o dominación; oportunidad o marginación. Todo ello depende del uso que se haga de ellas.
Dicho esto, hemos elegido realizar este proyecto, porque en la actualidad, en la publicidad y en los medios de comunicación se siguen viendo reflejados los estereotipos de género basados en la desigualdad entre los hombres y las mujeres. Estas diferencias, están presentes en nuestro día a día y es a través de los medios de comunicación donde se difunden ideas, formas de pensar y estereotipos que van construyendo nuestra visión del mundo y nuestra concepción de nosotras y nosotros mismos. 
Actualmente, los procesos y los mecanismos de transmisión de estos comportamientos asignados tanto a las mujeres como a los hombres son tan complejos y tan sutiles que, en muchas ocasiones, ni siquiera somos conscientes de ellos. Estos procesos de transmisión se dan en todos los ámbitos sociales,  pero nosotras, nos vamos a centrar especialmente en los medios de comunicación y publicidad; y después, en la familia y en la escuela en relación también a los medios de comunicación (Moreno E. , 2000).
En relación al ámbito escolar, María José, Díaz Aguado, en  2010 realizó un Estudio Estatal de la Convivencia Escolar en la Educación Secundaria Obligatoria elaborado con una muestra de 22.247 adolescentes.

Uno de los resultado a destacar es el rendimiento y género, pues se comprobó que las adolescentes están sobrerrepresentadas entre quienes obtienen una calificación media de notable o de sobresaliente; mientras que los adolescentes lo están entre quienes obtienen un suficiente e insuficiente.
Otra de las  diferencias que se hicieron, fue en relación a las expectativas de seguir estudiando, ya que las chicas están sobrerrepresentadas entre quienes esperan finalizar estudios universitarios, mientras que los chicos lo están entre quienes solo esperan finalizar la Educación Secundaria Obligatoria.

Respecto a los medios de comunicación, actualmente, en los anuncios sobre productos del hogar, lo siguen protagonizando la mayoría de ellos las mujeres. En cuanto a los anuncios de ropa y de perfumes, se siguen utilizando los cuerpos de las mujeres como reclamo para vender, mostrando cuerpos femeninos semidesnudos y en posturas provocativas. En algunos de estos anuncios no aparecen sus rostros, ya que intentan quitar la personalidad y aumentar la percepción de que lo que se muestra es un objeto que se puede poseer y consumir a cambio de dinero. Otro ejemplo, son los anuncios de cosméticos, la mayoría de ellos están dirigidos a mujeres y prometen reducir arrugas o tapar canas, ya que una de las principales condenas que arrastran las mujeres a lo largo de su vida es la lucha contra el tiempo para intentar parecer más jóvenes de lo que son.

En cuanto al ámbito familiar, podemos observar que a pesar que nos encontremos en el siglo XXI, sigue permaneciendo el mítico modelo de familia patriarcal, el cual se distingue por determinadas características de otros tipos de familia que la precedieron y sucedieron, en el transcurso del tiempo, hasta la actualidad y que aún se mantiene vigente, en algunas regiones del mundo. En este tipo de familias tradicionales, la característica principal es que la autoridad  máxima es el padre o también puede ser autoridad también el hijo o ascendiente varón mayor de edad. Evidentemente, este modelo patriarcal refleja la división sexual del trabajo y del control de la natalidad. (Moreno, 2000).

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